sábado, 4 de octubre de 2008

ANIMALES Y HOMBRES


"El alma es la misma en todas las criaturas vivientes, aunque el cuerpo de cada una es diferente", pensó Hipócrates. Y hasta el Papa Juan Pablo II –al que quiere todo el mundo- reconoció que los animales también tienen alma. Y mira tú, yo me alegro por ellos, ¡por los animales! Porque por descontado, huelga decir que cuentan con un cuerpo susceptible de sentimientos, sufrimientos y otras muchas sensaciones como nosotros, los hombres.

Animales y hombres ocupan hoy nuestro escenario para recordarnos su asociación a lo largo de la historia en un día como hoy, el Día Mundial de los Animales, en conmemoración de la festividad católica de San Francisco de Asís.

En él, la ecología tuvo a su precursor y al más fiel defensor, siendo el primer ser humano preocupado por el equilibrio entre animales, plantas y seres humanos.

El legado ecologista del Poverello de Assisi (1182-1226) es enseñarnos a amar las piedras, las montañas, las flores… Su herencia no es otra que su amor profundo por la belleza de la naturaleza, esa que a veces nos cuesta tanto respetar.

¡Me encantan los animales!

Y, sin lugar a dudas, se lleva en la sangre porque me viene de familia. Aún no he logrado descifrar si éstos son más del agrado de mi padre o de mi madre, porque a ellos les encanta cualquier bichillo que tengan alrededor requiriendo sus mimos. En nuestra casa hemos criado perros, gatos, tortugas, pájaros,… ¡incluso grillos! Pena que Gerald Durrell no nos conociera... ¡y también el no vivir en Corfú!

En definitiva, hemos tenido eso que vulgarmente se denomina mascotas, pero doy fe que en este caso eran uno más entre nosotros. Y, sí, como les llamaba el Santo Francesco, eran nuestros "hermanos", "hijos", …

De todos ellos he aprendido mucho y he admirado su lealtad y su nobleza. También, aunque suena muy tópico, he sentido como sus gestos nos daban alegrías o nos han acompañado en momentos de dificultades, compartiendo nuestra vida diaria y formando parte activa de nuestra familia.

En el recuerdo más entrañable quedan mi Toby (perro cocker spaniel) y mi Lola (perra yorkshire terrier), mi Triana y mi Pablo (gatos siameses seal y red point, respectivamente), mi tortuga Artura, … y mis dos pececitos Victoria Eugenia y Alfonso.


PD.: Felicidades a los Franciscos/as, Pacos/as, Curros/as, Panchos/as y Quicos/as... y muy especialmente a mi Bichito. También muchísimas felicidades a Marieta allá donde te encuentres porque sigues siendo… ¡más bonita que ninguna! ¡Te echamos de menos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo recuerdo muy bien a mis primeras mascotas, mi queridísimo. Fueron dos tortuguitas, de estas que están flotando en una absurda pecera con una absurda palmera de plástico verde como si fueran tontas y se creyeran que habitan en mitad del Caribe.

Yo tenía 4 años. Se llamaban Flecha y Chispa (nombres originales allá donde los haya). No nos dio mucho tiempo a intimar, pero se notaba una cierta confianza cuando hablábamos de la vida y nuestros proyectos futuros. Pero supongo que nuestras vidas estaban destinadas a separarse; un buen día tan solo había una nota de papel de color azul cerúleo que rezaba: "Nos hemos tenido que marchar. Nunca te olvidaremos". Siempre pensé que la vida les trataría bien y que conseguirían alcanzar todos esos sueños que me relataban en aquellas noches de agosto en Madrid.