domingo, 12 de octubre de 2008

LA PILARICA


Cuando me abrí a este inmenso océano por el que navegamos juntos día a día, me propuse que las entradas correspondientes a los domingos fueran como una isla. Una pequeña isla en la que recalaramos que no sólo nos ofreciera un descanso, sino que a su vez permitiera seguir contemplando el mapa de mi sueño imposible.

En ese archipiélago formado de islas dominicales, mostraría un tesoro desenterrado de poemas, canciones o cualquier otra creación ajena que mantenga en escena ese yo que se oculta tras de mi.

Y hoy, en la entrada correspondiente al segundo domingo, como ocurrirá en otras fechas significativas que caigan en este día, haremos una excepción. El motivo no es otro que mi inmensa devoción a la Virgen. ¡Y hoy es el día de la Virgen del Pilar!

Cuando era muy pequeño, en uno de mis primeros libros de texto leí cuatro versos que más tarde escuché en algún lugar, descubriendo que eran parte de la letra de una jota muy popular:

Es la Virgen del Pilar
la que más altares tiene
pues no hay pecho aragonés
que en su fondo no la lleve.

Desde entonces, aparte de algunas otras experiencias y sin ser aragonés ni correr por mis venas algo que me relacione directa o indirectamente con aquellas antiguas tierras del Reino de Aragón, me sentí unido a esta advocación mariana que en mi casa entrañablemente hemos conocido siempre como la Pilarica.

Según una venerable y antiquísima tradición, la Virgen María -cuando aún vivía en Jerusalén- vino "en carne mortal" a Zaragoza para confortar al apóstol Santiago, que había desembarcado en la península por el puerto de Cartagena y se encontraba evangelizando en la Hispania romana. Estos hechos documentados ocurrieron en la noche del 2 del de Enero del año 40 y María se habría aparecido sobre una columna, ese venerado y popular pilar de jaspe de 1’70 m. sobre el cual reposa la pequeña talla gótica de 38 cms. de la Virgen, que despierta tantos sentimientos a lo largo y ancho de este mundo.

Así, sin más, nació la primera devoción mariana y el primer templo mariano de toda la Cristiandad, el monumento barroco más grande de España.

Y una gran gesta de aquellas empresas que nos gustaba emprender acrecentó aún más su grandeza, ya que el 12 de Octubre de 1492 Rodrigo de Triana desde "La Pinta", una de las tres carabelas de la flota de Cristóbal Colón, avistó las tierras de América y este hecho motivó que por coincidir con la fecha de la festividad de la Virgen del Pilar, ésta fuera proclamada por el papa Pío XII como Patrona de la Hispanidad en 1958.

Erróneamente, se la considera Patrona de nuestro país y no es así, ya que a petición de Carlos III desde 1760 la Patrona de España es la Inmaculada Concepción.

La Pilarica es Patrona de la ciudad de Zaragoza desde 1642, Patrona del Reino de Aragón desde 1678, de la Guardia Civil desde 1913, del Cuerpo de Empleados de Correos desde 1916 y del Cuerpo de secretarios, interventores y depositarios de Administración local desde 1928. Y todo esto sin olvidar, que hace doscientos años no quería ser francesa porque quiso ser Capitana de la tropa aragonesa.

En definitiva, suscribo aquello que dijo el Papa Juan Pablo II en una de sus visitas a España: "¡Qué pequeña eres, pero que influencia tan grande tienes!"


PD.: ¡Y tan pequeñita y ya con un nene, querido Antonio!

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