jueves, 16 de octubre de 2008

ENAMORADOS ANÓNIMOS


¡Vaya, vaya, vaya, boquiabierto, ojiplático y cariacontecido me hallo! Aún no me lo puedo creer, pero así es. No sé dónde ni qué me duele, Sr. Doctor, pero me encuentro patidifuso desde anoche...

El estreno del musical "Enamorados Anónimos" me tenía en vilo desde hacía meses y ayer cuando por primera vez se levantó el telón para alumbrarlo al mundo desde el Teatro Rialto Movistar en la madrileña Gran Vía, mi expectación se quedó pegada a la butaca… ¡y con las piernas colgando!

Mi pregunta es si éste es el homenaje tan merecido a la copla que anuncia la publicidad, vaya por delante mi respeto, pero ¿dónde está el tributo que tanto se promociona? Porque en algo estamos de acuerdo, la Copla (en toda la extensión de la palabra) se merece un buen homenaje, pero, muy señores míos, creo que ésta no ha sido la mejor manera de hacerlo.

El extenso repertorio de canciones de nuestra canción española es tan hermoso y magistral que sabe Dios que clamaba al cielo que ninguno de nuestros productores teatrales se hubiera animado a montar un musical de coplas como esencia musical. Y en esto he de ser honesto y sincero, felicito al amigo José María Cámara por su empuje y su pasión por la música española, pero la propuesta, aún queriendo ser espectacular y atrevida, no ha sido -en términos taurinos- de dar la puntilla, ya que... ¡ha pinchado en hueso, Maestro!

El resultado es muy, pero que muy discutible y luego algunos me tacharan de antiguo y absurdo purista. De acuerdo, ¡pudiera ser! Los viejos copleros nunca mueren, aunque como cantará mi queridísima, admirada e inolvidable Dña. Juana Reina: "De las de peina y volante, ¡qué pocas vamos quedando!"

Lo siento, he mamado (con perdón) mucha copla y sé bien de lo que hablo. Aparte de otros sentimientos que me unen a ella y no vienen al caso, para mi es un género grande que me provoca fascinación y me despierta miles de sensaciones con la escucha de cualquiera de sus populares canciones. Ellas son nuestras raíces, nuestros versos, nuestro patrimonio musical y eso no se puede discutir, porque desde aquí reto al españolito que sea valiente y tire la primera piedra porque no reconozca ni tenga en su memoria musical un rinconcito llamado Copla.

El guión de "Enamorados Anónimos" es un disparate delirante y reconozco que, visualmente hablando, tiene algo de innovación, algo; pero otra cosa es la música. No pienso ni creo que se cometa un atentado o un asesinato por atreverse a mezclar la copla con nuevos ritmos de influencias latinas (que en el fondo se complementan divinamente, como diría Carmen Ordóñez) o ésta no pueda ser revisada con lecturas en clave de jazz, soul o buleria. No, no y no. Mucho piano, mucho viento metal, mucha percusión… pero la copla es mucho más. Y lo que es aún mejor… ¡tiene mucho que ofrecer!

La selección de las canciones es correcta, ya que no está todo lo que es la copla (tarea materialmente imposible) ni es copla todo lo que se canta y aunque la tradición se haya presentado vestida de nuevos diseños -lejos del maravilloso tópico cañí de la España de peina, abanico y bata de cola- este montaje no va más allá del clásico modernizado, de la copla travestida y de todo lo que ha desvirtuado y contaminado estas querencias tan nuestras.

Por lo demás, respeto y puedo entender que los comienzos puedan ser irregulares -sin olvidar que lo profesional es presentar el producto bastante más depurado- y que exista una parte del elenco que brilla más que otra. No pasa nada, tranquilidad, porque el rodaje y el tiempo se encargarán de pulir y paliar estas carencias, pero ¡válgame mi Macarena con esos arreglos de "La Bien Pagá", la triste y desangelada interpretación de "Y sin embargo te quiero" o la presentación de "Ojos Verdes" con esa luna burlesca! ¡Menuda pesadilla!

Eso sí, un notable por la simpática puesta en escena de "A tu vera" a lo Amy Winehouse.

Ahora sólo nos queda recordar los nombres de aquellos que dieron vuelo y altura musical a nuestra canción española, esa extensa nómina de grandes artistas (músicos, poetas e intérpretes) que han dejado huella en nuestra memoria histórica del alma; y esperar, saber esperar para entender que la copla pueda ser representada como Dios manda en un gran musical.

He dicho.


PD.: ¡Ay, si Antonio Quintero, Manuel Quiroga, José Antonio Ochaita, Xandro Valerio, Salvador Valverde o mi querido Juan Solano levantarán la cabeza! Y ni que decir hay que mi querido Rafael, el excelente y magnífico D. Rafael de León de los amores tremendos y la belleza infinita, se moriría de la pena, penita, pena de su corazón al ver semejante dislate.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya me imagino el texto sobre el musical, me lo tragué de viva voz adelantándome, supongo, al contenido del blog. Sin comentarios por tanto.
Estoy un poco asustado con los nuevos contenidos descargados en el blog, te conozco bien(pienso), sino pensaría que me había metido en la página oficial de Fuerza Nueva, más que por el contenido, por la elección de los temas. Es verdad que uno no puede dejarse llevar por los "titulares" y que el texto no resulta en absoluto reaccionario, pero no deja de parecer la elección de un diario "Pueblo", de cuando aún creo recordar (yo era apenas un niño)este existía aún.
Así que no me extraña que la censura del blog te los haya retenido tanto tiempo.
Bromas aparte y aunque no sea un tema al que dedique demasiado tiempo he aprendido mucho de historia religiosa, que siempre viene bien.
Nueva entrada sobre Teresa, veo que no Fernández de la Vega, ¿mas historias de santos?. Vas a terminar convirtiendote en referencia del santoral!!.
Cómo ves hoy me he levantado ácido, qué le vamos a hacer.
Enhorabuena por tu trabajo!
GIGI

Nacho dijo...

Vamos, vamos, vamos... Que horror de musical, ¡dónde se ha visto! ¡que esperpento! jejeje
Vaya por delante mi ironía y mala follá, pero tengo otra lectura de semejante invento. De entrada ya sabes que comparto contigo que sea una desfachatez denominarlo como "El musical de la copla", si acaso, sólo si acaso, "El musical de la canción española" pero sólo si acaso.
Quisiera sacar algo positivo de ésto: pienso que el resultado es un acercamiento a la gente joven de la canción española tan tristemente devaluada en estos tiempos.
He de decir que pese a que el libreto es una patata me reí de muy buena gana.

chimpon!