martes, 7 de octubre de 2008

PASIÓN VEGA


¡Lo siento!

No lo pude evitar y, a pesar del resfriado que me ha comido de los pies a la cabeza, ayer me planté en el Teatro Real para ver y escuchar a Pasión Vega, acompañada del tenor José Manuel Zapata. Y menos más que no me lo perdí. ¡Vaya nochecita! ¡Menuda velada tanguera mano a mano! ¡Todo un privilegio!

Juntos, durante hora y media, convirtieron el histórico coliseo de la lírica en un café de cualquier callejón porteño iluminado a media luz, en el que se entregaron al misterio de la música más arrabalera. Arropados por un quinteto (contrabajo, piano, violín, guitarra española y el inevitable bandoneón), sus voces desgranaron el sabor añejo de una veintena de letras de Carlos Gardel, Alfredo Le Pera o Enrique Santos Discepolo. En definitiva, todo un repaso por lo mejor del mundo del tango.

Personalmente, no conocía a José Manuel Zapata, pero me gustó; y me sorprendió mucho más aún cuando supe que su voz es la que cantaba el "Nessun Dorma" de aquella inolvidable escena del vuelo imaginario de Ramón Sampedro (interpretado magistralmente por Javier Bardem) en la película "Mar Adentro".

Respecto a Pasión Vega, ¿qué puedo escribir?

Pasión es única. Cuenta con una voz que encandila, cautiva y emociona; una voz dulce, camaleónica y versátil. Y su forma de decir, interpretar y cantar una canción es inenarrable.

Hace años tuve la suerte de verla presentarse en el Teatro Lope de Vega de Sevilla y desde entonces, la he seguido en su exquisito y elegante paseo musical por el bolero, la balada, el fado, la zarzuela o las recreaciones de las canciones de Carlos Cano, Joan Manuel Serrat o Joaquín Sabina.

Ayer fue recibida como la primera artista de música ligera que pisa el selecto y exclusivo escenario del coso madrileño y una vez más, he sido testigo de su entrega. En esta ocasión, a la melancolía desgarrada del tango.
Ella es una cantante que no precisa categorías. Mejores interpretaciones de "Garganta de arena", "Cuesta abajo" o "Nostalgias" no han existido jamás. Me reitero, ¡es única!

Antonio Burgos escribió de ella que tiene el valor de estar donde está sin hacer la menor concesión al tópico y estoy de acuerdo con él. También me uno a aquello que dijo que parece que cuando canta está pidiendo perdón por lo bien que está cantando, pero al que se moleste, que aprenda... ¡y aprenda bien!

Algunos la han confirmado como la sucesora de Concha Piquer, otros vemos en ella muchos más que eso. Pasión Vega es una artista inquieta, de gran expresividad interpretativa, una calidad vocal extraordinaria y con un refinado gusto musical que forja su carrera poco a poco, lentamente, arriesgando a cada paso. Eso sí, con la certeza de saber que cada paso que da lo hace de forma segura y firme. Y quien no arriesga, no gana.

Ahora, querida Ana, sólo espero, quiero y deseo que vuelvas al mismo templo acompañada de la de los "Ojos Verdes", Lucía, María, Camarón, Teresa y Antonio, la Lunares, Alfonsina, Curro Agujetas, la Menegilda, la Lola, la Gata, la Reina del Pay-Pay y tantos otros personajes que te acompañan en el repertorio de tu carrera. Estoy seguro que, una vez más y como en tantas otras ocasiones, el público unánime romperá con aplausos la emoción y el mágico ambiente que tu voz sabe crear en cada rincón del escenario.
Ah, y también quiero que llores en directo, que vuelvas a llorar emocionada y sin disimulo para cargarte un micrófono... ¡o los que hagan falta!

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