lunes, 20 de octubre de 2008

EL CORAZÓN DE PIEDRA VERDE


Tarde de domingo y... ¡a bailar!

Mejor dicho, a disfrutar por ver bailar. Bailar y celebrar treinta años de historia de la danza española desde la creación de una de sus compañías capitales: el Ballet Nacional de España.

El nuevo trabajo de José Antonio Ruiz de la Cruz es una coreografía inspirada en la novela del mismo título de Salvador de Madariaga y es un proyecto soñado desde hace veinte años, que al final ha llevado a escena de la mano del compositor José Nieto y dos bailarines invitados, Carlos Rodríguez y Primitivo Daza.

"El corazón de piedra verde" es una ambiciosa, valiente y compleja propuesta ambientada en la conquista de México, que narra la historia de un conquistador español y una princesa azteca. Dos continentes, dos culturas… y el amor.

Una verdadera obra coral, posiblemente pretenciosa, con unos personajes sin definir enfrentados a otros de fuerte personalidad, en un mundo ambivalente y con la intensidad de la pericia para el manejo de los grupos, muy al estilo José Antonio, que una vez más nos deja boquiabiertos demostrando con creces su talento artístico. ¡Qué belleza las escenas de la aparición de la tropa de soldados, el embarque y el naufragio que cierran el primer acto! ¡Ole tú!

Y si algo me gustó -y destaco por encima de todo- es que el Ballet Nacional de España (BNE) no ha de ser sinónimo de zapateado, volantes y castañuelas. No niego y apoyo que su creación fue con la intención de preservar, enriquecer y difundir el baile español explorando en el repertorio tan vasto y extenso que atesoramos, pero tampoco debemos evitar la obligación de mirar al frente y arriesgar buscando nuevas vías de expresión del lenguaje, que permitan presentar la España de siempre… y la de hoy.

La cultura de la danza en este país es muy rica y así se refleja en la danza clásica, el ballet y la danza contemporánea, sin olvidar el folklore, la escuela bolera y el flamenco, que tanto, bien y no tan bien nos representa por el extranjero... ¡y tanto gusto y disgustos me ha regalado personalmente!

Esta nueva producción del Ballet Nacional posee un lenguaje de danza española tradicional, que -en algunos momentos y en la exposición de algunos personajes- se relaja en un lenguaje más abierto, con aire contemporáneo o de fuentes étnicas, aunque se echa de menos más baile, más danza…

Aún así, vayan desde aquí mis felicitaciones a toda la compañía y mi más sincera enhorabuena a José Antonio por toda una vida dedicada a la danza y porque como bailarín es uno de los mejores de la historia reciente de la danza española.

¡Gracias, Maestro!

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